El largo recorrido de un viajero en un pequeño espacio.

 

Pensamos en la inmensidad de los paisajes que nos rodean como las ciudades, los países, los continentes, la Tierra y el Universo. No debemos ir muy lejos para apreciar la inmensidad porque la tenemos dentro de nosotros y lo conocemos como sistema circulatorio, aquel que transporta nuestra sangre. Según dicen que si ponemos en línea recta nuestro sistema circulatorio conformaría unos cientos de metros, dispuesto a darle un poco más de dos vueltas a la Tierra. Un largo camino que todos los días hace la sangre, impulsada por la maravilla que es el corazón. Y en ese largo recorrido va un pasajero llamado oxígeno que es el regalo más sabio de la fotosíntesis que producen las plantas. Llevamos adentro de nosotros un camino de sabiduría tan extenso y maravilloso. Pues, dicen que en un día una sola célula sanguínea hace miles de viajes en el sistema circulatorio humano. La Naturaleza es maravillosa.

 

Dentro de nosotros hay toda una ingeniería de caminos que es uno de los recorridos más admirables realizado en el Planeta Tierra por unos pocos litros de sangre color rojo. Ni las mejores carreteras en el mundo tienen ese sistema que guardamos dentro de nosotros. Allí, sobre ese camino rojo llevamos nuestro mayor símbolo de vida los seres humanos. La sangre es esa riqueza que guardamos y nos pertenece, no podemos verla afuera de nuestro cuerpo pues sería una señal que algo no anda bien. Pues, la sangre nos conecta con la Naturaleza, nos hace parte de ese proceso que se lleva entre las plantas y los seres vivos ¡Qué desagradecidos somos con la Naturaleza como seres humanos!

 

La sangre está en la biografía de todos los individuos. Antes de nacer, la sangre de nuestra madre nos adopta, nacemos en sangre y podemos llegar a morir en sangre. Todo un viaje camina dentro de nosotros. Cada latido marca el paso y desafía al Tiempo. El líquido denso que es la sangre es un gran viajero en este mundo que no se cansa y al final de todo es un viajero de pies ligeros. No hay sangre azul, ni verde, ni rosa, todos tenemos el mismo color, europeo o africano, norteamericano o sudamericano, todos transportamos sangre por nuestras venas. A todo este recorrido, allí entre arterias y venas, la gran tarea del ser humano es mantener la sangre en su cuerpo y es una tarea en la que fracasa con el uso de la violencia de sus puños y sus armas. El ser humano puede quedarse parado con la ilusión que está quieto pero todo se mueve a su alrededor y dentro de él, todo es movimiento y cuando no exista ese movimiento significa que la Muerte ha llegado. La sangre transporta oxígeno, nutrientes, dióxido de carbono, desechos, hormonas, células, proteínas, glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas, pero también puede llevar el cáncer. Así pues, hemos conocido un poco de un viajero llamado sangre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cinco letras

El magnífico señor incoloro